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Dra. María Tarragona, embajadora de la Red Mujeres Farma

16/12/2021
“El proyecto de la vacuna de HIPRA es un gran reto y muy emocionante. Nunca me había encontrado en ningún proyecto con este grado de participación e implicación, y de este alcance. Lo vivimos muy de corazón y con mucha emoción”

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Dra. María Tarragona, Market Access Senior Manager en HIPRA. Socia y embajadora de la comunidad Red Mujeres Farma


Háblanos de la comunidad ‘Red Mujeres Farma’, de la cual eres embajadora. ¿Qué objetivos tenéis?

La fundadora de la comunidad es Anna Blanch, que vio una oportunidad de montar esta innovadora red en el sector. Yo la descubrí en Linkedin, a través de una encuesta que hicieron para evaluar la figura de la mujer en el sector farma, con preguntas como ‘¿qué funciona mejor en tu sector?’, ‘¿qué cosas podrían cambiar?’, etc. Contacté con ella y necesitaba embajadoras – mujeres con carrera en el sector, que puedan dar a conocer el proyecto, compartir y ayudar en esta comunidad – ¡y me apunté!

La comunidad tiene una antigüedad de seis meses, está en su etapa inicial. Nace con tres pilares básicos de trabajo: compartir contenidos que puedan ser de interés; dar visibilidad con referentes, tarea que hacemos las embajadoras; y finalmente crear contenidos nuevos, empezando por la publicación del informe de Diversidad de Género en 2021.

Se puede encontrar información en su página web, artículos publicados en su blog y seguir su actividad en redes a través de su cuenta de Linkedin.

¿Qué recoge a grandes rasgos el informe sobre Diversidad de Género?

Este informe destaca que la presencia de mujeres es bastante elevada en el sector farmacéutico, aunque quizás falta más paridad en los comités ejecutivos, según las características de la empresa (si es multinacional, o si es más familiar). También recoge el informe que un 71% de las encuestadas considera que existe igualdad de oportunidades en el sector, en cuanto a las posibilidades de hacer carrera profesional, sin discriminaciones. Creo que ambos puntos los pudo ratificar desde mi experiencia personal, en las compañías en las que he trabajado (Outsuka Pharmaceuticals, Novartis, Pierre-Fabre y ahora en HIPRA), así como desde los acompañamientos hechos a otras mujeres en su desarrollo.

El otro punto destacable del informe – y donde queda mucho por mejorar – es el tema de las dificultades para conciliar vida profesional y familiar. Es un sector que exige muchas horas de dedicación (viajes, tiempo de ejecución de proyectos, etc.), y este es el punto más difícil. Ahora, con la pandemia y la aplicación del ‘teletrabajo’, parece que ha mejorado algo, sobre todo para quienes que trabajan en áreas más innovadoras.

Pienso que si queremos de verada mejora la presencia de la mujer en el sector, de forma integrada y equitativa, este punto de la conciliación es fundamental y es necesario mejorarlo de verdad. En este sentido, multinacionales como Roche o Novartis han puesto en marcha políticas muy innovadoras y que de momento está funcionando con éxito.

Empezaste tu formación universitaria en IQS. ¿Qué recuerdas de tu paso por el centro universitario?

¡Tengo muy buenos recuerdos! Aunque fue “tripitidora” de primer curso, no me enorgullezco, pero tuve que hacerlo en tres años. Una de las cosas que me enseñaron los años en IQS fue a hacer un cambio en la manera de estudiar, en como abordar los problemas. El inicio fue muy frustrante, pero tras un cierto tiempo de aprendizaje, hice un cambio radical, conseguí pasar a segundo curso y cada vez me resultaba menso difícil, aunque había asignaturas como programación, que requirieron muchas horas para hacerlas comprensibles. Los esfuerzos me sirvieron para cambiar la manera de abordar problemas y dificultades. Y todo esto lo he podido aplicar después en muchos aspectos de la vida y poder gestionar con éxito situaciones complicadas.

Me diagnosticaron dislexia cuando iba al colegio, y les dijeron a mis padres que parecía muy difícil que pudiese estudiar una carrera por mis problemas de aprendizaje. Ellos me inculcaron que la tarea puede ser más o menos difícil, pero nunca imposible. Muchos de mis compañeros “tiraron la toalla” y abandonaron la carrera. Pero yo dije que estudiaría Licenciatura Química en IQS… ¡Y lo conseguí! ¡Por supuesto que sí!

De mis compañeros tengo muy buenos recuerdos y tengo muy buenos amigos y amigas, un núcleo de amistad que mantienes para siempre, como una familia. Me he encontrado alumni IQS en cualquier lugar que vaya, y es muy fácil conectar. Y ya como curiosidad, ahora me he encontrado de nuevo con el Dr. Josep Lluís Falcó, que fue mi primer profesor de cálculo infinitesimal, y hemos empezado a trabajar juntos en un proyecto. ¡Me hace mucha ilusión!

Después pasaste por otros centros de reconocido prestigio como el MIT, o el IRB. Todo este trabajo, ¿ha sido clave para conseguir tu magnífica trayectoria profesional en el sector farma?

En el MIT estuve un tiempo gracias al convenio que había entonces con IQS, cuando iban 7 u 8 estudiantes a hacer el entonces Trabajo Final de Carrera – TFC – al MIT, en mi caso para trabajar en temas de investigación cardiovascular. Le cogí el gusto a la investigación, y dudaba si hacer el doctorado en un lugar u otro. Tuve la oportunidad de seguir durante más tiempo en el MIT, en un proyecto similar al que había estado trabajando, cuando me surgió la oportunidad de contactar en Nueva York con el Dr. Joan Massagué, que entonces estaba abriendo un laboratorio nuevo en Barcelona. Era en el 2006, hice las maletas y volví a Barcelona, hacia el IRB a hacer el doctorado.

El doctorado es otra etapa en la que consigues también un buen aprendizaje, y yo estuve en un grupo excelente. Pero como siempre había tenido también interés por aprender en áreas de negocio, buscando una vertiente más empresarial, decidí hacer un Executive MBA en IESE, coincidiendo con el último año de doctorado. En aquel momento, había muy poca gente del sector salud haciendo un MBA en IESE, y menos viniendo de investigación básica como era mi caso. Durante el segundo año en IESE, ya entré a trabajar en el área médica de Outuska.

Y así he ido haciendo carrera en la industria farmacéutica. A pesar de ciertas dificultades de aprendizaje en el inicio, acabé estudiando idiomas, estuve en el MIT, hice el doctorado en el IRB, entré a trabajar en grandes compañías farmacéuticas… y como colofón ahora en HIPRA, con algo tan diferencial como la investigación de la nueva vacuna. Estoy muy contenta de lo que he conseguido, los esfuerzos han valido la pena.

Actualmente, tienes el cargo de Market Access Senior Manager en la farmacéutica biotecnológica HIPRA. ¿Cómo estáis viviendo la actual pandemia de la COVID-19?

Me incorporé hace unos meses, el pasado mes de julio, a HIPRA, una compañía donde la División de Salud Humana se ha creado recientemente. HIPRA tiene más de 50 años de experiencia en investigación, desarrollo, producción y comercialización de vacunas para la salud animal, y al inicio de la pandemia no dudó en dar soporte a los hospitales de Girona, procesando miles de PCRs. Los contacté para conocer su apuesta por la nueva división y por la vacuna, y me contrataron enseguida para hacer crecer la estructura. Formo parte del área estratégica y comercial global que, junto con el departamento de I+D y Registros, forman una estructura muy sólida y en crecimiento.  De una situación con una única persona evaluando la situación de las vacunas y la posibilidad de llegar al mercado, hemos pasado a ser un equipo de responsables y vamos acelerando: hablando con Gobiernos y Ministerios de Sanidad, buscando distribuidores… en definitiva. Estamos montando una red y esto es muy motivador.

El proyecto de la vacuna es muy importante. Si sale adelante, será la primera vacuna nacional que ha llegado a Fase IIb. ¡Es un gran reto y muy emocionante! ¡Y con cuenta atrás! Una situación que no vives normalmente, ¡yo no la había vivido antes! Y eso que he hecho cosas diferentes y muy interesantes en la industria farmacéutica. Peor a este nivel y con este grado de participación e implicación, y con este alcance, no me había encontrado nunca.

En respuesta a la pregunta, lo vivimos muy ‘de corazón’, con mucha emoción y a la vez con frustración. Somos conscientes que hay países con vacunaciones inferiores al 1% y lugares donde aún no llegan las vacunas. Eso nos preocupa y nos preguntamos: “¿Cómo podemos hacer llegar las vacunas a ciertos países que no tiene ninguna?” La nuestra, por ejemplo, tiene la ventaja de ser una vacuna de proteína recombinante y que se puede mantener a temperaturas entre 2 y 8 ºC, aspectos que la hacen más asequible. Inicialmente, será una vacuna de refuerzo y la podremos hacer llegar de forma más sencilla a todo el mundo.

Habéis obtenido la primera autorización de la AEMPS para hacer las pruebas clínicas de vuestra vacuna. ¿Qué supone este reto para vosotros? ¿Qué novedades tenéis?

La AEMPS nos aprobó la Fase I/IIa en agosto y los resultados obtenidos nos han permitido avanzar a la Fase IIb. Los diez hospitales que participan – Trueta de Girona; Clínic, Vall d’Hebron y Can Ruti de Barcelona; Cruces en el País Vasco; La Paz, Gregorio Marañón y Príncipe de Asturias en Madrid; Clínico de Valencia y el regional de Málaga – ya han empezado a llamar a personas voluntarias (se necesitan más de 1000 participantes). Si todo va bien, a finales de 2022 estaríamos empezando la Fase III. Así que, estamos esperanzados, ¡es muy emocionante y estamos muy contentos!